sábado, 25 de septiembre de 2010

Dormir con luz apagada

Soñé que el infierno no ardía, soñé que en él no habitaba ni un satán ni un diablo,
soné que estaba hecho de frío y silencio.
Soñé que el infierno era frío, silencio y olvido.
Soñé que respiraba el aire viciado, lleno de polvo y cenizas
y entonces temí interminable aquello que tan solo comenzaba,
eran años largos e interminables dentro de este sueño
era interminable el camino del infierno,
auque por fuera de aquél sueño,
solo eran horas.
Temblaba, caminaba, lloraba en alma viva,
sollozaba y enmudecía,
una y otra vez veía tu rostro,
mas helado que aire,
tu entrecejo fruncido
y las palabras que antes de este infierno quise haberte dicho,
ahora tán olvidadas y resecas.
Lo peor de todo, es que no se cuanto de estas horas
he estado soñando...
y si acaso todo aquello
más que sueño, era un recuerdo.

lunes, 13 de septiembre de 2010

mirando hacia dentro

El rencor: este cáncer dentro de mí, debe ser extirpado, pues no le sirve ni a mi cuerpo ni a mi mente, si alguna vez vuelvo a recordar, será para ver una película en blanco y negro como espectador lejano de las huellas aún vivientes, ya no rechinaré la silla mientras hamaco mi pasado como a un hijo muerto, por ser lo que no fue.
Que descanse en paz, mi pasado, para dar tiempo al presente.