domingo, 18 de abril de 2010

Querido principe de la superficie:


La oscuridad abisal se ha puesto aun más fría, como siempre, se oyen apenas los pensamientos retorcidos de las bestias en las profundidades, auque no se por que siento la tristeza de su murmullo solitario y tal tristeza, se enrosca en mi alma profunda de tritón, como las algas se enriedan en mi tridente que ya no sirve de defensa a la cruel incertidumbre.
De vez en cuando subo a la superficie y ahi te encuentro, angustiado, con miedo, tu mirada penetra en el cristal y se proyecta sobre el espejo de agua donde me encuentro, quisiera saltar de entre las olas y tomarte entre mis brazos para darte seguridad, y apaciguar ese dolor que nos atormenta, pero entonces te asustarías, o te enojarías, pues has puesto las normas bien claras; "Los tritones en las profundidades y los caballeros sobre la tierra", a veces te veo navegar en un espacio entre el mar y el cielo, ese espacio que también deseo con pasión habitar junto a vos.
Seguiré observandote desde las profundidades, aqui el agua es como una eterna tormenta esperando su ocaso, seguiré buceando en las profundidades de mi alma, y en el amor que te tengo tan grande y basto como este mismo universo de agua.

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